Hola!
No se qué me pasa últimamente que tengo una especial atracción por las puestas de sol. Concretamente por el momento final de caída del sol, la denominada hora dorada. Unido a la fijación de colocar el sol en alguna posición interesante con algún objeto y utilizar un tele para jugar con la diferencia de plano y tamaño de los objetos. Esa magia que genera la compresión de planos, que hace que el sol se vea enorme en comparación con cualquier cosa.
Este viaje tocó la Ermita de Cabo de Gata, últimamente muy utilizada en grabaciones de videoclip y series. Quería verla reflejada en las salinas que hay tras ella, así que después de planificar la foto y buscar el punto de disparo utilizando google maps y photopills. Me subí al coche y fui hasta allí, aparqué a la entrada del camino que rodea las salinas tras la carretera y me dispuse a buscar el punto de disparo dando un paseo.
La tarde del domingo bajó la temperatura respecto a los días anteriores, una tarde nublada que podía darme juego con el sol y proporcionarme fotos con el sol muy rojizo en la puesta sobre el nivel del mar.
Anduve apresurado por el camino, llegaba un poco justo y tenía que recorrer dos kilómetros andando, pero no por la prisa dejé de disfrutar del espectáculo de los flamencos, garzas, algún pato y demás aves en la salina del Cabo de Gata.
Como quince minutos de caminata me costó llegar hasta el lugar en el que me disponía a hacer la foto, pero al estar demasiado bajo no se veía bien el reflejo de la ermita sobre el agua, tocaba adentrarse campo a través, sobre un pedregal incomodísimo otros 400m para hasta poder ver el reflejo completo del edificio en el agua de la salina.
Coloqué el trípode, ajusté los parámetros de la cámara, enfoqué a la iglesia y este fue el resultado:
Al caer el sol ya no había luz suficiente para fotografiar las aves y debía salir del camino antes de que anocheciera ya que no llevaba ni móvil, ni frontal por lo que si se hacía de noche, sin luna sería más complicado salir del camino.
Saludos