A veces el mar nos ofrece texturas y patrones repetitivos interesantes. Desapercibidos para la mayoría. Entonces detener el tiempo en un instante en el vaivén continuo, atrapar una imagen fugaz, irrepetible, encuadrar buscando un espacio donde se entretenga la mirada... todo un desafío. Y cuando contemplo el resultado... una cuasi-perfecta satisfacción personal.