El tiempo me ha permitido hoy salir a dar un paseo y he aprovechado para salir con la A7 y este par de clásicos. El primero, un nikkor 50mm 1.4 de los primeros, una pequeña joya que esta como nueva y que pagué a vil precio. Sus prestaciones son muy buenas aunque hay que decirlo, la lente frontal no tiene recubrimiento lo que la hace casi inutilizable cuando hay mucha luz o altos contrastes.
El segundo, es un viejo conocido K, el 135mm 3.5. Muy infravalorado por su apertura de 3.5, da unos resultados muy buenos. Se puede encontrar bastante barato, y por su relaccion peso/talla/precio/calidad es un objetivo a probar como buen Pentaxero.
El nikkor es una gozada, con una excelente construcción, un anillo de diafragma muy suave y un enfoque exquisito. La nitidez es buena ya a la plena apertura (mejor que el Pentax) y mejora mucho según cierras, un cuchillo. Eso si, el recubrimiento no le llega a la suela del SMC de Pentax (y si encima no esta recubierta la lente frontal...) dando a veces fotos totalmente inutilizables, ademas de algunas aberraciones azules en el centro de la foto bajo ciertas condiciones (ver ejemplos en internet). Sino, es un objetivo que me ha enamorado, con un excelente efecto 3D, un desenfoque cremoso y bonitos colores. Desafortunadamente, como suele pasar en Nikon, el precio de segunda mano es desorbitante, sobre todo comparado con un K 50mm 1.4
El 135mm tiene una construcción a prueba de bombas, como todos los K. Su apertura máxima de 3.5 hace que no lo prefieras para retratos aunque seria un error. Su desenfoque y nitidez a plena apertura lo hacen un objetivo muy capaz para retratos. Pero donde encuentro que rinde muy bien es para paisajes, donde cerrando a 5.6 consigue una nitidez extraordinaria y unas tonalidades cálidas que le dan ese punto extra necesario a los paisajes. Ademas, incluso en situaciones de alto contraste, no puedo apreciar aberraciones. Su pequeño tamaño y peso ligero hace que te lo lleves sin pensártelo mucho para tus excursiones.