Me pasé más de una hora intentando cazar los abejorros en un macizo de lavandas del camping, la gente que pasaba debía pensar que estaba volado.
Lo primero de que me di cuenta es que los bichos son impredecibles y muy rápidos cambiando de flor, así que iba como loco siguiéndolos entre las flores.
Lo segundo es que el enfoque automático de este objetivo no es nada rápido y bastante impreciso en la maraña de flores del macizo.
Y lo tercero que he aprendido es que el el flash TTL tiene un retraso suficiente como para que el bichito se salga de campo entre pulsación y disparo.
En fin, aún así algunas saqué y valga la muestra que envío.
Esta última es estática, pero me llamó la atención la longitud de la lengua para poder llegar al fondo de la flor para chupar el néctar.