Bien vista
!
Parece ser, por el verdín, que en ese rincón, no da nunca el sol. Y la estatua, parece estar clamando el cielo:
¿¡Pero que hago yo aquí!? ¡Un saludo
!
Así es Antea, ese callejón está siempre en umbría. Peldaños y verdín: hostia casi asegurada.
Lo de la estatua, aunque no sea nada de extraordinaria, le podrían haber buscado otra ubicación. Como decía un conocido mío refiriéndose a los descerebrados: “Donde no hay mata, no hay patata…”
Un saludo Antea, gracias por comentar.