Hola.
Imposible ir de turista con quien no ve lo que los demás.
De un viaje a Segovia (una gratísima sorpresa y una pena, ya que me he quedado con ganas de más), comparto por aquí tres discusiones que he tenido con el resto de turistas.
1.- El giro
De la postal del acueducto (que la tengo), me quedo con la grandísima sorpresa de recorrer este monumento de la ingeniería romana clásica hasta que desaparece, pasando mucho rato en el quiebro, zona sin turistas, poco visitada y de nula difusión entre el público desconocedor de este bicho, como me ha ocurrido a mí. Puede ser interesante la altura, el equilibrilo, los sillares, los arcos, pero este giro con esta geometría es, para mí, de lo más destacado del acueducto.
Mis acompañantes, aburridos de la esquina. Y yo, gozándola.
Montaje de varias fotos en horizontal, sin más.
2.- El tejado
Para un giputxi como yo, el tejado es (casi) lo más importante del edificio por aquello de que nos llueve de vez en cuando (bueno, sería más correcto decir que a veces no llueve). Pero cuando te cuentan que hay sitios en los que sólo hace falta poner la mitad de las tejas, no puedes acabar de creértelo. Hasta que llegas a Segovia y te encuentras la mitad de los tejados sólo con la teja canal, sin su cobija.
Foto de la cubierta de la catedral.
La mirada de mi familia, acostumbrada a verme sacar fotos a cosas raras, era de pura compasión.
3.- El ser humano
Lo mejor de la arquitectura y de la Historia es, evidentemente, la vulgaridad de las necesidades humanas (recordemos que el acueducto no es más que una tubería para el agua). ¿Y qué menos que dar sermones desde el púlpito... con un buen radiador a los pies?
El suelo, fantástico, la cúpula, genial, la luz, preciosa, etc. Pero ese radiador... ay, qué caras las de los que me estaban mirando.
De este viaje relámpago me quedo con muchas ganas de más. Trescientas fotos apresuradas que no dicen más que "vuelve, vuelve, vuelve".
Un saludo.