A mí todos los graffitis, sin consentimiento, me parecen un acto de vandalismo en toda regla. Quedan muy bonitos muchos dibujos en muros cuando ha sido permitido el hacerlo, e incluso cuando no, hay grandes artistas callejeros, no lo dudo. Pero en el momento en que no está permitido pintar ahí lo considero una total falta de respeto hacia todos. Contando que un alto porcentaje de los graffitis son palabras sin sentido y "firmas", lo único que se hace es estropear la imagen del entorno urbano donde vivimos. Incluso aunque sean frases filosóficas con mas razón que un santo, pintar en paredes y muros a la vista de todo el mundo me parece un acto repugnante, afea nuestras edificaciones sobremanera, dan sensación de suciedad, de vandalismo, de dejadez... Vamos, es lo que yo creo; si a alguno le gusta vivir entre sucias pintadas, le aseguro que tiene toda mi admiración.
Es verdad que, cuando no cuentan con permiso, son una intromisión inadmisible en nuestro entorno. (Como esas músicas a tope que nos roban el silencio). Y es cierto que, por lo general, son visualmente horrorosos. (Como acostumbran a serlo esas músicas a tope). ¿Vandalismo? Sí, pero en tono menor.
El vandalismo de los grafiteros no es criminal. Que no sea sinónimo de destrucción, miseria y muerte no lo redime. Cierto también. Pero no es el peor y, sin embargo, hay gente que sólo ve ése o sólo se indigna ante ése, el de brocha y pincel mientras es capaz de convivir tan ricamente, sin alterarse en absoluto, sin sentir su hedor, con el vandalismo criminal que infecta su entorno (el mundo entero es cada vez más nuestro entorno) del que no voy a decir más porque quiero creer que todos lo tenemos en mente y porque éste no es el lugar para debatirlo. No quiero que te des por aludido por esta observación que no ha sido hecha en absoluto pensando en ti. Simplemente, se me ha ocurrido y me ha parecido pertinente hacerla.
Gracias por tu comentario,
Peki_11, y un cordial saludo.