Construir a principios del siglo XX uno de los edificios modernistas más emblemáticos de la ciudad en previsión de lo que habría de albergar cien años más tarde es algo que sólo es imaginable cuando anda de por medio el 'esprit' o genio de una ciudad como Barcelona.
Sólo en esta ciudad podía levantarse un edificio de tanta belleza en la certeza de que un día un icono de otro tipo de belleza había de encontrar acomodo en él. Como si esa certeza -la de que ambas bellezas estaban llamadas a complementarse y potenciarse mutuamente- hubiera guiado la inspiración de quienes lo levantaron.
Y así es.
La casa Lleó i Morera se construyó entre 1902 y 1905 en el nº 35 del Passeig de Gràcia (chaflán con Consell de Cent), en la llamada
'manzana de la discordia', según planos y bajo la dirección del arquitecto Lluis Domenèch i Montaner. En 1906 se alzó con el Primer Premio en el Concurso Anual de Edificios Artísticos de la Ciudad. Gaudí había inaugurado en 1900 esos Premios.
Pero, ¿qué venía aguardando, con qué soñaba la casa LLedó i Morera que estuviera a tanta altura? Necesariamente, con que otro paradigma de la belleza, del glamour y del lujo hiciera de ella su
flagship store. Que, para cuadrarlo todo, no podía ser sino otro Lleó: LOEWE.
¡Es genial!, no me digáis que no.
Saludos.