Un buen día preparo todos los bártulos, incluyendo unos tenebrios para poder cazar a este pequeño nervioso. Pero lo único que conseguir fue alimentar a una tarabilla macho, que se almorzó casi todos los tenebrios, y del pequeño ruiseñor pechiazul ni asomo.
Unos días más tarde, vuelvo por el mismo sitio, pero en esta ocasión con otros objetivos en mente.., y andando por unas tierras recién removidas, veo correr como un ratoncito a un pechiazul y con la cámara, sin apoyos y a la vista del él mismo, me dejo hacerle una serie importante de fotos.
No siempre, pero a veces, te llevas alguna que otra sorpresa.
En esta ocasión, ganaron los tenebrios.
- - 500 mm - 1/200 - f/8 - ISO: 500 - Flash: No - Fecha:
Objetivo usado: DESCONOCIDO NS/NC